lunes

Kwamba, el león.

Érase una vez un león recién nacido llamado Kwamba. Vivía felizmente con su manada en la sabana africana. Poco a poco el cachorrito fue creciendo, dando sus primeros pasos y se convirtió en el ojo derecho de su mamá, Muranda.


Como cada mañana, nada más salir el sol, las leonas fueron a cazar, y Kwamba se quedó jugando con sus hermanos. Las leonas, en su caza, penetraron en el territorio de otra manada sin darse cuenta, atrayendo la atención de esta. A la tarde, cuando ya caía el sol y todos los leones estaban saciados por el festín, la manada enemiga atacó en represalia por la invasión de su terreno, matando a la mayoría de los miembros del clan. Kwamba y su madre tuvieron suerte, reaccionaron a tiempo y huyeron, pero no así el resto de la manada. Sin embargo, Muranda fue gravemente herida en su huída y su hijo se dio cuenta, así que decidieron ir en busca de ayuda.

Kwamba y Muranda.

Caminaron durante largos días, sedientos y hambrientos, hasta que Muranda no pudo aguantar más y abandonó a Kwamba a su suerte. Este, desolado por el fallecimiento de su madre, y sintiéndose solo e impotente por su juventud, siguió caminando en busca de alguien que le pudiera ayudar.

Días más tarde Kwamba sobrevivía a base de hierbas secas, se topó con una manada de leones que creyó que sería su salvación. Sabía que no podía acercarse porque el macho dominante lo mataría, pero no tenía más opción que intentarlo porque estaba en juego su vida. La respuesta de la manada fue muy agresiva contra él; aun así decidió que no iba a abandonar tan rápido y siguió al clan durante semanas para que se acostumbraran a su presencia, a pesar del contínuo rechazo del grupo hacia Kwamba.

Kwamba acercándose a Sekou, el macho dominante.

Poco a poco, observando, fue aprendiendo las costumbres de la manada, lo que lo ayudó a integrarse en ella. ¿Cómo lo logró? Kwamba era un cachorro muy listo, y un día que uno de los jóvenes leones se alejó de la manada empezó a jugar con él. Así, este lo introdujo en el grupo, aunque seguían mostrándose algo reacios a su incorporación por provenir de otro clan. Kwamba fue ganándose el favor de las leonas ayudándoles en la caza, y estas empezaron a tomarle cariño. Así Sekou, el líder de la manada, terminó por aceptarlo como a uno más, y Kwamba, a pesar de todo el dolor de su corazón, por primera vez en mucho tiempo se sintió feliz.


¿Os parece que este cuento ilustra bien la dificultad de los emigrantes para adaptarse e integrarse en la sociedad del país al que emigra?




Imágenes cortesía de: http://dibujosfotoseimagenes.blogspot.com/2009/04/fotos-de-leones-y-sus-cachorros.html yhttp://wheelchairrules.blogspot.com/2008/02/palabras-mgicas.html

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